Nuestras Tradiciones, Divino Tesoro


En los últimos años venimos observando y no con cierta preocupación, como de alguna manera se están desvirtuando dos de nuestras fiestas más genuinas, la Navidad y el día de Reyes.

Este nuestro querido país, muy amigo en los últimos años de importar otras costumbres y tradiciones que están muy arraigadas en los lugares de los que proceden, está de alguna manera desplazado poco a poco a estas que fueron siempre muy nuestras.

La colocación del árbol de Navidad y de los distintos adornos, cada día más atractivos y espectaculares, están dejando un poco al lado algo que es muy nuestro, el nacimiento o la colocación de la imágenes que conforman el misterio central del mismo.

Es muy loable, digno de felicitar y agradecer el trabajo y el esfuerzo que están haciendo las asociaciones de belenistas por recuperarlo y aquellas personas que con suma paciencia, exquisito arte y buen hacer, y con muchos días de antelación se afanan en montarlos en un sitio privilegiado de sus hogares y que nos recrean hasta el mínimo de los detalles, aquellos parajes sonde nació el Niño Jesús.

La presencia de Papá Noel, con la entrega de regalos y también de juguetes para los más pequeños con la excusa de que disponen de más días para disfrutarlos, podrían desplazar vieja ilusión de la noche de víspera de Reyes, este que es el día grande para cualquier niño, donde se hacen realidad los sueños de casi todo un año.
Afortunadamente esta vieja tradición que hemos heredado de nuestros antepasados, se sigue respetando por la mayoría de las personas extensivas también para los más mayores, que se congratulan de recibir aunque sea un pequeño detalle.

Con el debido respeto a la libertad de que cada persona haga lo que considere más oportuno en cada momento, hagamos lo posible para que estas viejas tradiciones no se pierdan con el paso del tiempo, o pierdan parte de su encanto, porque en definitiva son un Divino Tesoro.


Jacinto Villanueva Martín.

El Rincon del Arte Musical

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